Poema a la Soledad

Ya no sé cómo empezarlo, tengo ganas de dormir
Siquiera sé por qué empecé a escribir, creo que me va a doler, pero algo así no puede ser.
Este era Facundo, comienzo de típico cuento, pero si entras, el mundo cambia totalmente, deja de ser maravilloso, extraño o fantástico para convertirse en algo totalmente nuevo.
Los pensamientos que nunca existieron, sin verdad ni contra. Sentimientos ya sentidos, embebidos a una acción. Corazones
Más corazones
¿Qué onda?, ponete los calzones.
No siempre se genera un sentido, todo el tiempo viendo todo desde la publicación, cuando algo para mí? Cuando yo para un yo mismo? Ya dejar de compartir. Vivir ese momento de soledad. Otra vez, más, mucho más, una vez que empezas queres tener la comida echa ya.
Es así la forma ¨platónica¨ de vida. Como ¨ley¨ nacemos, vivimos, morimos. Quien dice que en el nacer y en la muerte no hay vida?, eso sí, no hay tu tía ¨Polvo eres y polvo serás¨, ya basta de pensar.

Tu vida es un cordero, más tierno, un lechoncito. Un tierno lechón tirado en el barro, sin hacer nada todo el día, comiendo, alimentándose hasta que viene un asesino y saaaaa!, te arrebata tu vida, eso querido compañero que lee, es soledad. Cuando nos tomamos nuestro tiempo de dejar de adquirir conocimientos externos y dejar de alimentarnos de paja, es ahí cuando nos convertimos en libertad, es como, explicito. Cuando abren a ese lechón colgado, desangrándose, ahí ves que hay por adentro, ya lo ves todo. No te queda otra que entenderlo para saber donde cortar, una vez que lloraste porque te están cortando en pedazos, vas a ir al tal fuego de la soledad, no hay nada más rico, tímido, feliz, y embellecedor que cocinarse a uno mismo, tener ese fuego de la soledad siempre prendido, que nada ni nadie te intente parar. Cocinate, estate listo, tenes bocas que alimentar.