Lista de Deseos

Lista de Deseos / Facundo Lapido

Comprar un barrilete y montarlo con papá. No sé qué quise, tampoco sé qué quiero. Nunca pensé que pensar iba a ser así –¿cómo así?- sí, no sé boludo. Así. Nunca pensé que pensar fuese así. Nunca pensé que al pensar iba a sentir. No, no. Tampoco.
Tampoco sé qué pasó cuando el barrilete estaba en las alturas, no me acuerdo si cayó, o simplemente lo até a un árbol y me fui a comprar garrapiñada.
Juro por todo lo que hice hasta el momento que no lo sé, pero cuando lo sepa –no se los voy a hacer saber- No sé específicamente por qué soy así con quien me hizo del bien. Pero no, no te lo voy a contar -¿y?- no sé tampoco si verlo en un hospital durante meses fue satisfactorio. No sé si verte ir, acompañarte en el ir, tampoco sé si fue satisfactorio. - ¿quieren que cuente del hoy?- No, tampoco estoy satisfecho. No sé, ya dije, no me encierren más porque no lo sé. ¿Por qué no lo sé? No sé. En mi lista de deseos aparecen varios párrafos, hice varios por si las dudas. Varias palabras están en blanco, siquiera para que las puedas ver a contraluz. Un escrito como este realmente es una poronga, quién me querría leer, todo tiene una métrica boludez+ boludez+ boludez + cosas trágicas que le pasan en la vida al gil que las escribe + hacerse como el que no sabe nada e inventar personajes para no hacerse cargo de lo que se escribe. -¿ven que realmente no sabía?-
No siempre se entiende que no saber está bien. Que no poder escribir, está realmente bien. Mírenme, mirame, decime que ves, dale, animate. Total -¿crees que me vas a hacer peor?- no sé (repito) no sé qué esperan con trescientas palabras no basta supongo. Es estúpido que sigan leyendo esto, también es más estúpido que yo lo siga escribiendo. En alguna parte de tu cuerpo sabes, que un final le tengo que dar – y que el final claramente concluye algo que no esperabas- no sé – repito- no sé, capaz, llegaste hasta acá, nuevamente esperan algo de mi acto, esperan que les comparta algo mío cuando no tengo nada, esperan tanto cuando me quede con tan poco. Mi vida la seguí, sin esperar nada, la seguí, también en esos momentos no lo supe. Pero seguí.
A ver, si todavía vas leyendo por acá, hay un bello vacío que tenes y quiero que lo sepas, lo tenes. No mientas, menos a un escrito sin nadie a tu alrededor, no le mientas a estas letras calibri número once en negrita. Por favor, no le mientas. Tampoco les llores, sólo pensa. Eso, eso vacío que no sabes – ni yo tampoco- pensalo, sabe que ese vacío es insatisfactorio,-¡pero no hay problema!- estas palabras escritas en calibri número once en negrita, te están perplejando, te están no sabiendo de tu vida y haciéndote saber de la tuya, es por eso que leíste esto, sabías que había algo, lo crees, lo sabes. Ahora sí, empezamos a saber. Pero cuando empieces a soñar –más- quiero que agregues esto a tu lista de deseos.