Entre adoquines
Por un instante! Pero por un mísero instante eh! Pensé que me
querías. Fue una ilusión supongo, éste aluvión vaya a saber
quién, qué me trajo. En ese momento pensé antes de confirmar
que no me querías pensé, sí justo cuando estaba por saberlo,
repito, pensé. Pero esta vez no pensé así nomás, no pensé como
un cualquiera. Esta vez pensé que todo podía llegar a ser
distinto, para mí, para vos, para todos. En ese momento que
pensé, que perdí la razón de ser, me conmuté, pero no me
conmuté mediante electrones, esta vez no sé qué fue, esta vez,
no sé. Pensé, pero cuando pensé sentí ese no sé qué, algo como
que pensar no era lo que estaba haciendo, tampoco era amor,
tampoco era algo de dolor, tampoco era que te veía a los ojos,
pensaba, me enamoraba, pasaba por mi corazón todo tipo de
células, me excitaba, pensaba en aquel día que charlamos de la
vida, cuando hablamos del amor y coincidimos, cuando
estábamos al borde de ese río y también coincidimos. Pero no,
no era eso tampoco, sabes que no sé qué fue, en ese momento
que pensé antes de saber que no me querías, se me pasaron
todo tipo de idiomas por la cabeza, pensé en hacerme querer en
francés, después intente con italiano, después intenté con la
vida, pero no. Tampoco me sucedió. Pensé en hablarle a un
doctor que me ayude a saber qué mierda pensé aquel mísero
momento que pensé pero cuando pensé que el doctor pensando
no me iba ayudar a pensar qué había pensado en ese puto
momento, todo era blanco, todo era negro, todo era rojo con
dos curvas arriba y algo que cerraba por debajo, todo era lindo,
entre mis cinco dedos tenía una rosa, y esa rosa te la pensaba
dar, bajo esas gotas de agua que estaban cayendo, te la pensaba
dar arrodillado en los adoquines, te la pensaba dar en el barrio
de mi hogar, haciéndote parte de él, pero cuando lo pensé, ya
me habías dicho que no me querías.